El colágeno, debido a sus diversas funciones, ofrece una amplia gama de beneficios al organismo. Uno de los más importantes es su papel en el mantenimiento de la estructura de las articulaciones y los cartílagos, favoreciendo la flexibilidad y reduciendo el riesgo de problemas articulares y osteoarticulares. Además, el colágeno participa activamente en la salud del cabello, las uñas y los dientes, ayudando a mantenerlos fuertes y sanos. Por lo tanto, la falta de colágeno puede provocar problemas tanto estéticos como de salud general. En el ámbito médico, el colágeno se utiliza principalmente como suplemento para promover la salud de las articulaciones, especialmente en su forma hidrolizada. Este tipo de colágeno se ha fragmentado mediante procesos enzimáticos, lo que facilita su asimilación.
Otra función esencial del colágeno es mejorar la salud y el aspecto de la piel. Al mantenerla hidratada, flexible y tonificada, el colágeno ayuda a prevenir y reducir las arrugas y las líneas de expresión, especialmente durante el proceso de envejecimiento. Desgraciadamente, con el paso del tiempo, el colágeno natural presente en nuestro organismo se degrada progresivamente, sintetizándose cada vez menos. El envejecimiento no es el único factor que contribuye a la degradación del colágeno. Ciertos malos hábitos, como fumar cigarrillos, el consumo excesivo de alcohol o azúcar y la exposición excesiva a la luz solar, pueden acelerar este proceso. Por lo tanto, cuidar el colágeno se convierte en algo crucial para mantener nuestro organismo sano y joven con el paso del tiempo.