Nuestros ojos están rodeados por la piel más delicada del cuerpo, lo que la hace susceptible a los signos del envejecimiento y otros factores. La genética, el envejecimiento, la falta de sueño, la deshidratación y el estilo de vida pueden contribuir a la aparición de problemas en esta zona. Para tratar eficazmente problemas comunes como las ojeras, la hinchazón, la decoloración o las líneas de expresión, es importante conocer sus causas subyacentes.
Debido a la delgadez de la piel en esta región, los vasos sanguíneos suelen ser más visibles, lo que acentúa la aparición de ojeras. Los ojos hinchados pueden deberse a la falta de sueño, alergias o retención de líquidos, mientras que las arrugas y las bolsas bajo los ojos suelen ser consecuencia del envejecimiento, la pérdida de elasticidad de la piel y los movimientos musculares repetidos. Cada uno de estos problemas tiene sus propios factores, por lo que es vital un tratamiento específico.