- Reduce la exfoliación a tres veces por semana o menos. El máximo absoluto que se puede exfoliar la piel es tres veces a la semana. Si te excedes en la exfoliación, es probable que generes pequeñas grietas en la barrera de la piel que provoquen la pérdida de humedad y la inflamación. También puedes provocar brotes al desprender a tu piel de sus aceites naturales.
-Sé suave con tu piel. Utilizar productos con demasiados ingredientes activos o aplicar demasiados tratamientos específicos a la vez es tan perjudicial para tu piel como exfoliarla en exceso. Intenta no utilizar retinol, ácido salicílico y ácido glicólico a la vez. Además, evita que los tratamientos exfoliantes, como los faciales o la microdermoabrasión, se realicen con demasiada frecuencia. Cada uno de esos tratamientos por sí solo es útil, pero cuando lo sumas todo, estás haciendo a tu piel más daño que bien.
-Las personas con pieles maduras deben utilizar un ácido exfoliante. Un exfoliante o peeling con alfa-hidroxiácidos elimina la capa muerta de células de la piel y estimula la producción de colágeno para suavizar las líneas finas y las arrugas. Busca algo con ácido ascórbico, como un potenciador de la vitamina C. Es importante recordar que los AHA pueden dejar la piel sensible a la luz solar, así que no olvides aplicarte un protector solar antiedad cuando salgas de casa. Hay una excepción a esta regla: si usas retinol, evita los exfoliantes a base de ácidos. La combinación es demasiado fuerte para la piel del rostro.
-No tengas miedo de usar ácido salicílico todos los días. Aunque no puedes exfoliarte todos los días, sí puedes utilizar un limpiador a base de ácido salicílico a diario. El ácido salicílico no es duro para la piel como un exfoliante físico, por lo que su uso diario no dañará tu piel.
-Cepilla la piel escamosa. Si tu piel es muy seca y escamosa, la forma más rápida de eliminar la acumulación de células muertas es con un cepillo de limpieza o un kit de microdermoabrasión casero, que utiliza un diminuto disco giratorio de cristales de óxido de aluminio para desprender la piel muerta.
-Escucha a tu piel. La regla más importante cuando se trata de la frecuencia con la que se debe exfoliar la piel es dejarse guiar por ella. Tener una rutina estricta no siempre es la mejor idea: algunos días tu piel puede sentirse más áspera al tacto que otros, y algunos días tu piel puede estar más irritada. Si tu piel no se siente preparada para un tratamiento de exfoliación, no lo hagas. Escucha, mira, siente y adapta tu programa de exfoliación según sea necesario.