Los labios son fundamentales para contribuir a la armonía de nuestro rostro y ayudar a definir nuestra identidad, pero ¿cuál es su estructura real? Desde un punto de vista anatómico, los labios están compuestos por el bermellón superior e inferior, que a su vez están formados por diferentes capas de tejido: cutáneo, muscular y mucoso.
Los labios definen la abertura de la boca y se caracterizan por un color rojizo más oscuro que la piel que cubre el resto del cuerpo. Esta coloración particular se debe al grosor reducido de la piel en los labios y a la proximidad de los vasos sanguíneos.
La piel de los labios está compuesta por estrato córneo, epidermis y dermis. Sin embargo, el estrato córneo aquí está formado por solo 3-6 capas de células, mucho menos que las 15-16 capas que se encuentran en la piel del rostro. Los labios tienen una piel mucho más delgada que el resto de la cara y se definen por su superficie lisa y brillante, que resulta de la ausencia de folículos pilosos y la presencia de una gruesa capa mucosa interna.