⦁ Utiliza un limpiador suave. Puede que no haga falta decirlo, pero asegúrate de utilizar un limpiador suave. Busca un limpiador que no contenga productos químicos agresivos como sulfatos, colorantes, fragancias y siliconas. Además, fíjate en cómo reacciona tu piel a cada limpiador que utilices para encontrar el que mejor se adapte a ti.
⦁ Lávate con agua tibia. Aunque parece haber cierto debate en torno a la temperatura óptima para lavar la piel, recomendamos utilizar agua tibia durante la fase posparto. Esto se debe a que la piel es más sensible durante este periodo. Si el agua está demasiado caliente, puede resecar la piel.
⦁ Aclara bien. Utiliza agua abundante para aclarar bien la piel y asegúrate de que no queden restos de limpiador en la piel.
⦁ Seca con palmaditas. Utiliza una toalla limpia para secar suavemente la piel. Evita frotarla demasiado intensamente con la toalla, ya que puedes irritar la piel.
⦁ No te excedas. La mejor rutina de cuidado de la piel después del parto es la que es sencilla y mínima. No debes excederte con demasiados productos ni lavarte la piel en exceso. No te compliques e intenta darle a tu piel sólo lo que necesita.
⦁ Exfolia de vez en cuando. Aunque quieras exfoliarte a menudo, es posible que lo hagas en exceso. Exfóliate sólo dos o tres veces por semana. En ocasiones, un exfoliante químico puede funcionar mejor que un exfoliante manual, dependiendo del tipo de piel.