Aunque la fototerapia con LED pueda parecer nueva, en realidad existe desde principios de los años sesenta. Sin embargo, no se dio a conocer hasta los años 90, cuando la NASA empezó a utilizarla para el crecimiento de las plantas en las misiones de los transbordadores. En esa época, la gente descubrió que era un método muy prometedor para el tratamiento de la piel.
Los diodos emisores de luz (LED) emiten un estrecho espectro de luz que la piel absorbe directamente. Este proceso es el responsable de curar y rejuvenecer la piel. Se utilizan distintas longitudes de onda, como luz azul, roja, amarilla, verde e infrarroja, para tratar diversos problemas cutáneos. Para problemas específicos puede utilizarse una combinación de las luces mencionadas.
Algunas razones comunes para recibir terapia de luz LED pueden incluir: anti- envejecimiento, acné, eczema, rosácea, cicatrices, daño solar, pérdida de cabello, textura facial, heridas, producción de colágeno, arrugas, reducción de la inflamación…
Uno de los principales beneficios de la terapia de luz LED es su seguridad. Este tratamiento proporciona todos los beneficios de la absorción de la luz, sin la luz ultravioleta potencialmente dañina. Mientras que tratamientos como las terapias láser y los peelings químicos pueden lograr un resultado similar, la fototerapia LED es completamente indolora y segura para todos los tipos y colores de piel.
La fototerapia con LED puede realizarse en una consulta dermatológica o incluso en casa. Independientemente del lugar, asegúrate de consultar primero a un médico para que diagnostique correctamente la afección que deseas tratar.