Adiós a las quemaduras solares, cómo prevenirlas y tratarlas
Adiós a las quemaduras solares, cómo prevenirlas y tratarlas

Epidermis y sistemas de defensa

¿Sabías que la piel es el órgano más extenso del cuerpo? A veces olvidamos que nuestra piel es uno de los componentes más importantes para la salud y el bienestar general. Contribuye a la protección contra factores externos, bacterias e infecciones, además de regular la temperatura corporal.

Es una barrera natural contra los rayos UV, los agentes patógenos y los factores de estrés oxidativo. Si la barrera protectora de la piel se daña, la piel se vuelve más susceptible a problemas como deshidratación, sensibilidad y envejecimiento prematuro.

Prestando la máxima atención a la integridad de la piel, [ comfort zone ] ofrece soluciones que ayudan a fortalecer la barrera, mejorando su capacidad protectora y promoviendo una piel de aspecto sano y radiante.

Anatomía de la piel: ¿qué es la barrera cutánea y cómo funciona?

Para comprender y prevenir los problemas de la piel, es importante entender la estructura de este órgano. La piel se compone de varias capas: la epidermis, la dermis y la hipodermis. A su vez, la epidermis se divide en diferentes capas internas, enumeradas de adentro hacia afuera siguiendo el ciclo de vida de los queratinocitos, las células de las que derivan todas las demás células de la epidermis.

  • Estas células se dividen y proliferan en la capa basal. A través de un proceso de mitosis, una célula hija permanece en la capa basal para continuar proliferando, mientras que la otra comienza su viaje hacia la superficie de la piel. Al avanzar a través de las capas, los queratinocitos cambian de forma y función.
  • En su recorrido pasan por la capa espinosa, donde comienzan a producir queratina y se conectan estrechamente entre sí, lo que aporta elasticidad y solidez a la piel; luego alcanzan la capa granulosa, donde empieza el proceso de muerte celular. Allí, acumulan gránulos de queratohialina y comienzan a perder sus núcleos.
  • En algunas áreas del cuerpo, como las palmas de las manos y las plantas de los pies, existe también una capa lúcida, formada por células muertas y transparentes que brindan una protección adicional al organismo.
  • Al final de su ciclo, los queratinocitos alcanzan la capa córnea, que actúa como barrera protectora contra los agentes externos, donde se convierten en corneocitos, células muertas y aplanadas que forman la barrera protectora de la piel.


En condiciones normales, estas células se renuevan de manera continua, y el ciclo celular completo dura aproximadamente 30 días. Sin embargo, con el envejecimiento, este proceso se ralentiza, lo que lleva a una piel más fina, deshidratada y menos resistente a los agentes externos. Este proceso de desaceleración natural subraya la importancia de cuidar la piel con tratamientos cosméticos que estimulen la renovación celular y mantengan la hidratación.

Sistemas de defensa de la piel

Para preservar su integridad y apariencia saludable con el tiempo, la piel utiliza tres sistemas de defensa: la barrera física de la epidermis, el manto hidrolipídico y ácido, y el microbioma cutáneo. Estos elementos trabajan en sinergia para proteger la piel de las agresiones externas, garantizando su aspecto saludable y equilibrado y protegiendo la integridad de la barrera. A continuación, profundizamos en cada uno de estos
componentes:

  • Barrera física de la epidermis: Las capas externas de la epidermis, incluyendo la capa córnea, protegen la piel de las agresiones ambientales gracias a su estructura de células muertas "cementadas" por lípidos epidérmicos (ácidos grasos, ceramidas, colesterol).
  • Manto hidrolipídico y ácido: Esta capa de agua y lípidos recubre la piel y se nutre de las secreciones de las glándulas sebáceas y sudoríparas. Mantiene el pH de la piel ligeramente ácido y protege contra los agentes externos.
  • Microbioma cutáneo: Este conjunto de microorganismos (bacterias, hongos, virus y ácaros) que viven en la superficie de la piel constituye otro pilar de la defensa cutánea. Estos microorganismos beneficiosos cumplen principalmente una función antimicrobiana, compitiendo con los patógenos por el espacio y los nutrientes, inhibiendo así la colonización por microorganismos nocivos. Además, el microbioma interactúa con el sistema inmunológico de la piel, modulando su respuesta y previniendo reacciones excesivas.

Cómo cuidar la piel

La condición de nuestra piel puede indicarnos que la barrera cutánea está dañada y no está cumpliendo de forma óptima su función protectora. La piel seca, por ejemplo, es una señal de advertencia importante: la falta de lípidos en la capa córnea de la piel la hace más sensible y susceptible a las agresiones externas.

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Las personas con tendencia a tener una piel más sensible pueden sufrir daños en la barrera cutánea debido a la falta de lípidos y a la fácil penetración de sustancias irritantes externas.

  • Si experimentas enrojecimientos o irritaciones, es fundamental seguir tres pasos clave: limpieza, hidratación y protección, con el objetivo principal de no comprometer la barrera cutánea. El primer paso es la limpieza, utilizando un limpiador que no altere la capa lipídica de la barrera cutánea. Para quienes tienen piel sensible, se recomienda usar productos hidratantes enriquecidos con aceites que aceleren el proceso de reparación de la capa córnea, así como productos de protección con SPF.
  • Además, considera simplificar tu rutina de cuidado de la piel. Eliminar exfoliantes agresivos puede ayudar a restaurar el equilibrio lipídico de la barrera cutánea, que de otro modo podría verse debilitada con el uso de dichos productos.

Barrera cutánea dañada: causas principales

La piel no solo es el órgano más extenso del cuerpo, sino también uno de los más complejos. Por ejemplo, es importante recordar que la piel no es igual en todo el cuerpo; distintas áreas pueden presentar estructuras cutáneas diversas, así como variaciones en pH y sudoración. Numerosos factores pueden alterar su equilibrio, comprometiendo la salud de la barrera cutánea. Entre estos se encuentran:

Sustancias irritantes comunes

Los limpiadores agresivos, con alta capacidad espumante y formulados con tensioactivos poco compatibles con la piel, pueden dañar la barrera cutánea. La irritación puede manifestarse como enrojecimiento, picor, piel tirante o hinchazón.

Factores de estrés ambiental y radicales libres

Los radicales libres son uno de los principales responsables del debilitamiento de la barrera cutánea y juegan un papel importante en el envejecimiento prematuro dela piel. Estos agentes oxidativos pueden ser producidos por diversos factores ambientales, como la contaminación, la exposición al sol, el frío y el viento. El estrés oxidativo acelera el deterioro de la barrera cutánea, haciendo que la piel sea más susceptible a la deshidratación y a la formación de arrugas finas.

Exfoliación y tratamientos químicos excesivos

Exfoliar la piel con demasiada frecuencia o con productos muy agresivos puede eliminar no solo las células muertas, sino también la mezcla de agua y lípidos que conforma el manto hidrolipídico. Esto debilita la capacidad de la piel para retenerla humedad, causando sequedad, irritación y una mayor vulnerabilidad ante los agentes externos.

¿Qué hacer y qué evitar cuando la barrera cutánea está dañada?

Ante un desequilibrio de la barrera cutánea, es fundamental cuidar la piel de manera efectiva y delicada para prevenir daños adicionales. Es especialmente importante garantizar una adecuada hidratación y permitir que la piel conserve esta hidratación a lo largo del tiempo. A continuación, te ofrecemos algunos consejos en orden de rutina de cuidado de la piel sobre cómo restaurar adecuadamente la barrera cutánea:

Elige un limpiador suave

Es esencial usar un limpiador suave, protector y con pH equilibrado para evitar que la piel pierda sus aceites naturales, especialmente en pieles sensibles a las irritaciones.

Remedy Cream to Oil es un limpiador con una textura transformadora, formulado para pieles sensibles. Se presenta como una crema suave que, al masajearla delicadamente, elimina las impurezas con una acción mecánica. Durante la aplicación, se convierte en un aceite sedoso que luego se retira con agua, dejando la piel increíblemente suave y nutrida.

Exfoliación equilibrada según tu tipo de piel

Existen dos estrategias principales para la exfoliación cutánea: la exfoliación química y la exfoliación enzimática. Ambas técnicas ofrecen beneficios únicos y pueden utilizarse según el tipo de piel y las necesidades específicas.

Exfoliación química: Basada principalmente en la acción de los alfa-hidroxiácidos, esta exfoliación es eficaz en un rango de pH de 3,5/4,5, un pH ácido que puede no ser tolerado por la piel y resultar agresivo, provocando enrojecimientos y picazón. Este tipo de exfoliación, aunque muy eficaz para pieles normales, se recomienda menos para pieles más frágiles.

Exfoliación enzimática: Generalmente más suave, es adecuada para pieles sensibles e irritadas. Utiliza enzimas derivadas de la papaya (papaína) y la piña (bromelina), que actúan descomponiendo las proteínas que unen las células muertas de la piel.

La hidratación es fundamental

Una hidratación adecuada es esencial para mantener una barrera cutánea saludable y resistente, con una menor visibilidad de las líneas finas y una mayor luminosidad de la piel. En este sentido, asegúrate de beber al menos un litro y medio de agua al día y de consumir alimentos ricos en líquidos, como frutas y verduras.

El uso de productos hidratantes dentro de tu rutina de cuidado de la piel es una parte clave: la crema hidratante adecuada para el rostro o el cuerpo, junto con un suero nutritivo o una mascarilla reafirmante, pueden darle a tu piel el impulso de hidratación que necesita.

Protégete siempre con protector solar

La protección solar es esencial para proteger la piel de los dañinos rayos UV, que comprometen el equilibrio de la barrera cutánea. Es una buena práctica aplicar protector solar de amplio espectro a diario, no solo en verano o cuando estás en la playa.Esto es especialmente importante después de la exfoliación, cuando la piel está más expuesta y vulnerable a factores externos.

Adapta tu rutina de skincare a tu tipo de piel

Conocer tu tipo de piel es fundamental para establecer una rutina de belleza adecuada que se ajuste a tus necesidades y evitar dañar la barrera cutánea. Por ejemplo, una piel sensible necesita ser tratada con ingredientes más suaves, lo que no significa que sean menos efectivos, sino que están calibrados para satisfacer necesidades específicas.

Las principales condiciones de la piel incluyen: piel seca, normal, mixta y grasa.

  • Si tu piel no es ni seca ni grasa y no presenta problemas particulares, es probable que tengas una piel normal.
  • La piel seca se caracteriza por una sensación de tirantez y descamación.
  • La piel mixta es más brillante y grasa en la zona T (frente, nariz y mentón), con poros dilatados y algunos puntos negros; mientras que en otras zonas, como el contorno de los ojos y las mejillas, la piel se siente tirante y seca.
  • Si tu piel se ve brillante o aceitosa, es probable que tengas piel grasa.

En cualquier caso, existe una rutina de skincare perfecta para tu piel: ¡solo tienes que probar los productos más adecuados para ti!

Descubre nuestras sugerencias para rutinas de skincare específicas:

Limpia tu piel con la frecuencia adecuada

Lavar la piel demasiado a menudo o con productos demasiado agresivos puede provocar el efecto contrario al deseado, conocido como "efecto rebote". El efecto rebote ocurre cuando la piel, en respuesta a una limpieza excesiva o demasiado agresiva, aumenta la producción de sebo para compensar la pérdida de sus aceites naturales.

Las consecuencias del efecto rebote:

  • Deshidratación: La eliminación excesiva de los lípidos cutáneos puede llevar a una deshidratación superficial.
  • Producción compensatoria de sebo: Para contrarrestar la sequedad, las glándulas sebáceas producen más sebo del necesario.
  • Ciclo vicioso: Puede llevar a una piel más grasa y, potencialmente, con más imperfecciones.

¡Para una limpieza facial diaria perfecta, sigue nuestra guía paso a paso!

Ingredientes esenciales para preservar y equilibrar la barrera de la piel

Es fundamental prestar atención a los ingredientes de los productos de skincare que usas para encontrar la rutina más efectiva que proteja tu equilibrio cutáneo y logre resultados de manera más eficaz y segura. Los ingredientes clave que juegan un papel fundamental en el mantenimiento de una barrera cutánea saludable son varios.

Ácido hialurónico

Restaurar y mantener el equilibrio del nivel de agua retenido por la piel durante el día es esencial para prevenir los signos del envejecimiento cutáneo. El ácido hialurónico es un humectante que ayuda a retener la humedad, a alisar la piel y a reducir la apariencia de las arrugas.

La línea Hydramemory de [comfort zone] combina ingredientes naturales y ácido hialurónico en diversas formas para garantizar una reserva de agua de larga duración en la piel y una protección efectiva de la barrera cutánea.

Antioxidantes y Vitamina C

Los antioxidantes son ingredientes fundamentales, ya que neutralizan moléculas inestables y altamente dañinas para el equilibrio de la piel: los radicales libres. Entre los antioxidantes más conocidos, destacamos la vitamina C, que, entre otras cosas, también ayuda a iluminar el tono de la piel y a equilibrar la hiperpigmentación.

Aceites naturales

Los aceites son ingredientes clave en la protección de la barrera cutánea gracias a sus propiedades emolientes y nutritivas. Los aceites ricos en ácidos grasos esenciales, como los omega 3, 6 y 9, y compuestos antioxidantes como los tocoferoles, ayudan a fortalecer la estructura lipídica de la piel, previniendo la pérdida de hidratación. Además, crean una barrera protectora que aísla la piel de las agresiones externas. Gracias a estas características, los aceites contribuyen a mantener la piel suave, elástica y protegida a largo plazo.

El aceite de marula, por ejemplo, es un ingrediente que hemos decidido utilizar en el desarrollo de Remedy, una línea para pieles sensibles diseñada para reforzar la barrera cutánea. Las fórmulas, enriquecidas con prebióticos e ingredientes de origen natural, protegen y refuerzan la barrera cutánea.

Como hemos visto, la barrera cutánea está regulada por mecanismos complejos, y conocer tu tipo de piel es fundamental para cuidarla de la forma más efectiva. Si, a pesar de usar productos adecuados para tu tipo de piel, los problemas persisten, puede ser útil una consulta con un dermatólogo o un profesional que pueda examinar en detalle el tipo, las condiciones y la sensibilidad de tu piel para ayudarte a reconocer el origen de los problemas.

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